
Querido blog: hay quien incluso me lee, y yo no me niego a las peticiones de sacar de la chistera algún poema.
Porque éste me dice muchas cosas,
gracias J.
pasados de mouré
En un lenguaje simple,
trufado de crepúsculo y neblina,
recuerda la tristeza en su totalidad,
el pasado olvidado de la urbe
en las ensoñaciones.
Hay cosas de este paisaje urbano,
como de la propia vida,
que siguen viéndose con nitidez
a pesar del éxodo que anhela la distancia.
Dibujamos las cosas,
las escribimos siempre,
las volvemos a buscar y las amamos,
con trazos de espiral,
hasta que forman parte de nosotros mismos
y sentimos que no son útiles
pero sí necesarias, con su dolor antiguo.
Pero ahora encontró,
después de tantos años, su paisaje dunar,
lugares donde puede refugiarse,
al abrigo del sueño,
de vientos racheados,
de este drama de percepciones
que tejen sus recuerdos,
con turbios e inocentes fotogramas
de adoquines y soles.