sábado, octubre 16, 2004


Levantarse cuando todo está todavía dormido, ir a tientas, y encender el fuego. Disponer sobre la mesa de lo necesario (mientras una camina descalza) : el azúcar, la taza, la cucharilla, alguna galleta quizás...importante apoyar la barbilla sobre las manos, y los codos descansando en el mármol frío de la mesa. En la espera rescatar algún pensamiento dulce de nuestra cabeza todavía con legañas. Sorber despacito el café con leche recién servido mientras ojeamos el periódico del día anterior con la esperanza y la creencia de que un día tengamos el del día y a alguien enfrente para pelearse por él.