querido blog:Un nocuentodenavidad.Habían anidado en su pelo luciérnagas y estrellas, él la peinaba cada mañana empapándole el cabello de colonia, las manos de ella se habían vuelto perezosas al contacto de las hojas del almanaque, y ella, coqueta siempre, disfrutaba de sus cuidados.
Entró en el ultramarinos como todos los miércoles, con la cara lavada como a él le gustaba y con la elegancia y la ternura que los años le habían depositado en su aspecto, apoyada en un bastón con porte de duquesa rusa.”Buenos días...Uvas, quiero uvas, doradas, dulces”. El matrimonio de tenderos, espectadores de los trajines del barrio habían seguido las andanzas de aquella dama desde que refugiados en sus juegos de chapas veían pasar a la pareja todas las tardes, anudados.“No tenemos, puede comprarlas el miércoles que viene, las tendrá para nochevieja”.
Ella los miró disgustada, ellos no sabían, no podían comprender que él había decidido esa mañana que fuese 31, hacía meses que confundía fechas y datos, pero a ella no le importaba, casi resultaba un juego, sabría que otra noche podría ser Nochebuena, salió a la calle sonriente, confiada en su secreto, tenía que encontrar uvas.