viernes, noviembre 12, 2004




Tengo una sobredosis de semáforos solitarios, de esquinas desamparadas, de cláxones impertinentes, de señoras que ocupan toda la acera y de gente de ascensor a la que le digo "hola" y tras su silencio respondo "caracola" ( confirmo que esto sucedió esta tarde alas 4.34h).
Por eso merece la pena asomarse a un libro de poemas, como quien se agarra a un salvavidas, y no como una válvula de escape como muchos creen que son las letras ( al menos no en mi caso ni en lo que leo) sino como una forma de volver la mirada,antes velada por las "cosas que no son vida", y recobrar con la ayuda de la huella del último verso las cosas que se habían vuelto borrosas, recobrar su nitidez de espejuelos, la tibieza de su cercanía, la certeza de que son lo que importan.
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[buenas noches]
Buenas noches.
Que el sueño te distinga
con su brillante oscuridad.Que el tiempo
se detenga unas horas y te ofrezca
la posibilidad de no morirte
por el procedimiento de estar muerta.
Que no venga la turbia pesadilla
del doctor Freud a comentar tus sueños,
sembrando de fantasmas tu descanso.
Que unos ángeles rubios se sitúen
en las cuatro esquinitas de tu cama
y degüellen los malos pensamientos
con su espada de luz,y no te dejen
sola hasta que amanezca.
Buenas noches.
Luis Alberto de Cuenca.
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