sábado, mayo 14, 2005

Anoche mereció la pena la búsqueda de las entradas, el viaje a aquel local después de una semana agotadora ya la espera de más de una hora sobre la hora fijada..la actuación de nacho vegas fue una de las mejor que he visto nunca...Su correción, su música , su voz. Invadió la sala con su intensa e inmensa presencia sobre el escenario, con un fondo que rezaba "el loco" (nombre del local y curiosa paradoja) en cartel luminoso.Consiguió como en sus discos transportarnos a esa instronspección y a esa fidelidad hacia lo que realmente es la vida.Su mundo de símbolos e iconos sobrevoló nuestras mentes toda la velada.Este "cantautor inquieto" ,como el mismo se definió anoche, consigue provocarme la misma sensación que cuando abro un buen libro de poemas o me sumerjo en la literatura cierta ( no la que posa sus mejillas en escaparates con aspiraciones intelectuales ).
La auténtica, la definitiva verdad, se mostró en cada una de las palabras que nacho nos cantó en la compañía de su guitarra. Ójala no te alcance nunca la fama.

jueves, mayo 12, 2005

Si encontrase un anuncio en el que se buscara un “ratoncito Pérez” para trabajar creo que me presentaba enseguida, aunque mi currículo carezca de experiencia en estas tareas…incluso creo que me importaría poco la remuneración. ¿No debe ser fascinante trabajar cuando todos duermen colándote en las habitaciones de pequeñajos orgullosos de su recién estrenada y pasajera fealdad?¿ felices de dormirse soñando que un ratón les dejará una moneda sin despertarlos debajo de la almohada?... luego daría un paseito nocturno de vuelta a casa orgullosa de haber pasado una “noche de ratones”. Y me pregunto si aún hoy los niños esperan como lo hacía yo, ansiosa y fascinada, la llegada invisible y el regalo de un personaje tan pintoresco….
Si pudiésemos escoger trabajos así…jijijiji, el personal iba a desvariar mucho, creo yo...no? (Perdonen mis desvarios de final de la jornada ;))

miércoles, mayo 11, 2005

Hace años fui al Museo de Max. El reclamo del cartel hizo que me entregase enseguida a la aventura de traspasar aquella cortina de terciopelo rojo , entrar a aquella casa pintada de cal blanca por fuera que recibía a otros visitantes que como yo entraban ya asombrados…Rezaban los carteles exteriores!:
PULGAS DISECADAS VESTIDAS
UNA BAILARINA DE BALLET TALLADA EN UN PALILLO DE DIENTES
UNA BATALLA NAVAL EN LA CABEZA DE UN ALFILER
LA ULTIMA CENA DE LEONARDO DE VINCI SOBRE UN GRANO DE ARROZ ... etc
Las piecitas eran una sucesión de esferitas de metacrilato sobre unas mesas alargadas apoyadas en las paredes ,con cierto aire antiguo que todavía hacía más irreal y romántica la visita…Para facilitar la visualización, muchas piezas se acompañaban de lupas y sistemas ópticos de aumento, imprescindibles en muchos de los casos.
Hoy descubro que el supuesto autor de semejante espectáculo circense para los ojos y la lógica era un tal D. Juan Elegido Millán, más conocido por su sobrenombre artístico de Profesor Max, que estudió medicina, fue maestro nacional, practicante , ingresó en la antigua escuela de periodismo de "El Debate" y también fue un hipnotizador y mago autodidacta muy reconocido en todo el mundo. Fue un hombre bohemio, viajero y aventurero y su gusto por las antigüedades le llevó a coleccionar objetos pequeños, según él por no disponer ni de dinero ni de casa lo suficientemente grande para albergar objetos mayores.Qué cosas!!!Viajó por todo Europa y Africa con el espectáculo "Un hombre y una maleta forman el espectáculo más grande del mundo".

[Este año haremos todavía más ciertas aquellas risas, J, las que disfrutamos cuando te hablé de estas miniaturas..Este año iremos!]

lunes, mayo 09, 2005

Uno de los momentos más dulces de las 24 horas es el que se avecina ahora : la noche. Sobretodo después de un día de semáforos y de caras perrunas, menos mal que voy pertrechada de buena música y de un libro. Hoy el que llevaba me entretenía tanto que desafiaba al posible mareo leyendo en el mismísimo autobús : La noche obliga. http://www.monteroglez.com
Y ahora la noche obliga, también a mí, y me sumerjo cual sonámbula con convicción (con sueño y sueños) a un buen libro. Recortada en un fondo de penumbra, allá las voces en la emisora que seguirán su discurso cuando yo apague la luz y ya me alcance un peso de onix en las pestañas, y cierre los ojos y quizás sueñe como anoche con pasillos llenos de libros y campos donde crecen letras.
-Si es un sueño no quiero que nada me despierte
-decías con El ángel que nos mira en la mano
y corriendo bajo la lluvia- decías
la tormenta es un tigre,
el tigre tiene un movimiento de árbol
que va entrando en la noche.
[...]Benjamín Prado