viernes, junio 10, 2005

Hay días como hoy en los que estoy tan cansadísima que no me importaría que el autobús llegase hasta Japón, o sea, diese una vuelta tremenda, con tal de que me llevase a la misma puerta de mi casa. Además cuando me encuentro así, me supone una terapia de relajación apoyarme en el quicio de la pecera del bus y dejar que mi cabeza campe a sus anchas en un mundo extravagante de ideas. En esas estaba cuando me puse a pensar que en la vida las cosas importantes son como nuestro juguete más querido de la infancia. En un instante puede que se rompa, muy mucho, y nosotros lo aceptemos o no. Y entonces nos empeñamos en un "si" cuando hay un "no" rotundo hecho trizas. En otras ocasiones faltan pilas y somos incapaces de ir a buscarlas, o de recordar en el momento justo en el que acudimos a él que se agotaron o somos incapaces siquiera de ponerlas a recargar. Pero la ocasión más sentida y más romántica para mí es esa en la que falta una pieza y ponemos todo el empeño, la destreza y la fe en que aparezca ( como yo todas las mañanas buscando debajo de la cama la sandalia que me falta). Y eso me ha llevado a pensar, en mi periplo de caminante alocada y cansada acodada en la ventana del bus, en un puzzle que tenía de pequeña. Aquel panel de piezas me encantaba, representaba una escena de la Guerra de las Galaxias , una imagen de sus personajes protagonistas en la cabina de la nave interestelar. No sé en que momento sucedió pero se perdió una pieza. Aquello no frenó mi empeño infantil y una y otra vez pasé horas recomponiendo la imagen con la esperanza de que en cada nueva empresa se barajaba la esperanza de su aparición y apareciese. Nunca pasó, y lo curioso es que la pieza que faltaba era justo la que encajaba en pleno corazón de Chewbacca.

jueves, junio 09, 2005

La aldea esquimal de Shishmaref, en Alaska, está a punto de pasar a la Historia como la primera que se ve obligada a cambiar de sitio por culpa del cambio climático. Sus 600 habitantes tienen de plazo para hacerlo hasta 2009... si las olas no se tragan sus casa antes.

Además de tan increíble noticia, en el sentido más tangible ,y además de ser terrible, esta noticia me ha hecho pensar en otras cosas.
Creo que todos hemos sido y seremos en algún momento de nuestras vidas un habitante de una pequeña isla en el mar de Chukchi. Alguien o algo que se avecina y hace que cambies de lugar.
Al menos sobre esta idea (que es como el algodón de azúcar de las ferias( que tanto me gusta, tú sabes J) que cuando lo estoy saboreando ya ha desaparecido), llego a tiempo de decir que no siempre es una catástrofe ambiental como la noticia con la que abría este post. Y cuando no lo es, es un soplo de aire en la nuca. Si aparece en el momento más preciso y menos esperado es el aliento verdadero , y te redime de caer en los lodos más profundos, así es.Cambias de lugar, tu sitio es otro.