domingo, marzo 25, 2007


Deben estar los herederos de Córtazar necesitados del vil metal. Ahora podemos escuchar la voz inconfundible (al menos para algunos) de Julio Córtazar en un anuncio de automóviles. Con Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda al reloj Córtazar denunciaba cómo las cosas nos convierten en sus esclavos, ¿entendió el publicista el texto? ¿o llegó al punto de reirse aún más de nosotros? Al final somos un regalo para el automóvil y no al contrario...esto de la poesía Amelie a go-gó me resulta una prostitución que alcanza cotas insospechadas...No Comment (la 2).

lunes, marzo 19, 2007



El sábado estuve viendo a sr.chinarro, grande, valió la pena la espera...

Del montón

Cerca fue del castillo,
El de San Sebastián,
De las barcas que amarran
A la orilla del mar.

Nunca tú me quisiste.
Yo vi ponerse el sol,
Calabaza gigante:
Ay, qué miedo me dio.

Pudo ser un amor del montón,
Pero todo el montón era mío.

Y perdí la cabeza
Y toqué pronto fondo.
Y se fue un pescador
Al son del cante jondo.

Yo miraba al castillo
Y me creía Franz Kafka,
Y escribí una canción
Que acabé en una tasca.

Pudo ser un amor del montón,
Pero todo el montón era mío.
Pudo ser, pero nunca fue nada
Y en nada se queda el montón.

Pudo ser un amor del montón,
Pero todo el montón,
Pero todo el montón,
Pero todo el montón era mío.

Cerca fue del castillo,
El de San Sebastián,
De las barcas que amarran
A la orilla del mar.