domingo, marzo 25, 2007


Deben estar los herederos de Córtazar necesitados del vil metal. Ahora podemos escuchar la voz inconfundible (al menos para algunos) de Julio Córtazar en un anuncio de automóviles. Con Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda al reloj Córtazar denunciaba cómo las cosas nos convierten en sus esclavos, ¿entendió el publicista el texto? ¿o llegó al punto de reirse aún más de nosotros? Al final somos un regalo para el automóvil y no al contrario...esto de la poesía Amelie a go-gó me resulta una prostitución que alcanza cotas insospechadas...No Comment (la 2).