
¿Por qué seré tan sentenciosa, tan grave? En los últimos tiempos he venido comprobando la veracidad de una sospecha bien fundamentada: soy un caso inequívoco de extravagancia mental , mi estado natural es la ingravidez . Observo hábitos inconfesables: paseo leyendo por las calles, me emociono hasta el llanto con ciertos poemas, le saco la lengua al televisor y a ciertas noticias del periódico,puedo pasar sesenta minutos mirando el perfil de la montaña en el tiempo que para otro sería un pestañeo, me entra una náusea enorme cuando alguien pronuncia la palabra "delicioso" ante algo insulso (todo esto lo hago siempre a espaldas de la gente honorable). Qué desastre. Procuro no llamar la atención, pagar minuciosamente mis impuestos y abstenerme de abrazar a cuanto guardia urbano o algo parecido ( con todo mis respetos a los guardas urbanos que no al resto de los que hago cuenta) se cruza en mi camino.
Noto con fuerza que la mayor parte de las veces no se me entiende, pero me basta que ÉL lo haga y mi conciencia para estar en paz ( algún otro poeta lo dijo antes que yo, pero ahora lo vivo en carne propia, lo hago mío), para sonreir, para no desfallecer.